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Historia de Barcelona
 

Fundada por el general cartaginés Amilcar Barca (sobre una precedente ciudad de celtiberia llamada Laye), pasó a ser romana con el nombre de Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino.En el 415 Ataulfo la transformó en capital de la Gothia Hispana. En el siglo VIII fue conquistada por Abd al-‘Aziz ibn Musa bajo el dominio sarraceno, la cual fue llamada Barciliona, Barciluna y Barsneluna. En el 801 Ludovico Pio hijo de Carlo Magno, la sacó del dominio árabe y la convirtió en capital de un condado franco heredado que ya desde el principio gozó de una amplia autonomía y que en el año 987 se declaró independiente asumiendo importancia sobretodo como potencia marítima en el comercio del Mediterráneo  (siglos XI-XII).Ramón Berenguer “el viejo” empezó la expansión del condado desde el norte de los pirineos. Este proclamó la famosa Lex Usuaria, en catalán código “dels Usatges (Usr)”, codificación de usos y costumbres romanos, visigodos y feudales, de gran importancia jurídica e histórica.La ciudad entró a formar parte del reino de Aragón en el año 1137, posteriormente se celebró el matrimonio entre Ramón Berenguer IV y Peronella de Aragón. La urbe siguió siendo el primer puerto del reino, también después del fin de la dinastía catalana-aragonesa, y el compromiso de Caspe (1412) que hizo llegar al poder una dinastía castellana.El descubrimiento de América, la unificación de España, la política siempre más centralista de Felipe II y de sus sucesores, más el peso del crecimiento de la nueva capital de Madrid, causaron el malestar de los catalanes, especialmente de los barceloneses. Como consecuencia la ciudad de Barcelona en el 1640 se rebeló, matando al virrey Santa Coloma y otros representantes del gobierno central. Poco después, los catalanes se unieron a Francia proclamando Luís XIII conde de Barcelona. Seguidamente sucedió una guerra que la ciudad fuera de las tropas españolas, (después de un largo asedio empezado el 13 de Octubre 1652). A causa del espíritu separatista Barcelona se dividió en dos, durante la guerra de sucesión (1702-1711) con el archiduque Carlos de Austria; otra vez la ciudad resistió hasta después de la guerra, pero cedió después del asedio (1713-1714).Después de la victoria, los Borbones le sacaron los pocos privilegios que desde siempre había tenido la ciudad, entre los más importantes la utilización de la lengua catalana en los actos públicos. Esto explica el separatismo del siglo XVIII y sobretodo en el XIX por parte de los catalanes; el cual fue acentuado primeramente por el Romanticismo (con el descubrimiento de las literaturas nacionales), y la gran industrialización que tuvo lugar principalmente en Barcelona. En ese momento Barcelona se convirtió en la ciudad más importante de España con 190.000 hab. en 1860, más de medio millón en 1900,  y más del millón en el 1935 superando la misma capital de Madrid también en el número y las dimensiones de las industrias (textil, metalmecánica, química, naval) y en el incremento de la actividad comercial. En este mismo período empezaron a aumentar siempre más los pensamientos anárquicos y socialistas; aumentaron también los conflictos sociales gracias a la primera vaga general de Europa (1902) y en la semana “trágica” (1909) donde hubo una fuerte represión contra los anticlericales por parte del ejército. En el 1913 el catalanismo de la rica burguesía consiguió el reconocimiento de la Mancomunidad catalana, que podría ser el primer intento de autonomía regional, la cual fue cancelada con la dictadura de Primo de Rivera, que  puso ministros  no catalanistas, que no estaban de acuerdo con la ideología  catalana y que encontraban separatista con el fin de hacerla desaparecer definitivamente (1925). En el 1931 el gobierno republicano reconoció a Cataluña un estatuto de autonomía, con su propio gobierno, es decir la “Generalitat”. Después de la caída de Barcelona el 26 de Enero del 1939 el fin de la guerra civil todas las autonomías de Cataluña y al mismo tiempo las de País Vasco y Galicia fueron suprimidas por los franquistas. Barcelona fue la sede de dos tratados.